jueves, 27 de mayo de 2010

Besos

Te dejo besos de agua
brillando sobre el mar
como una bendición que te salve la vida
y al mirar
oigas esta canción
que te invita a andar los caminos
y a no claudicar jamás.

Te dejo una gaviota
tiñéndose de un color rojo,
el del día que nace,
incitando al mundo a rodar
como la vertiente que morirá
más tarde
en el fondo del mar.
He puesto en tu cuerpo
una partitura alegre,
un solfeo que será música
cuando mi recuerdo te salve
y duela menos este temprano adiós
cuando el futuro era un lugar muy lejano.

Un día descubrirás que te amo
igual que el universo
a cada una de sus estrellas,
te dejo un beso sobre el mar hecho
con destellos de luz y coral
donde he aprendido
a esperarte llegar
para volverte a besar.

miércoles, 19 de mayo de 2010

América

Déjenlo ir,
como huyen los suspiros,
como las nubes
que se deshacen en lluvias,
como las letras
una marejada de poesía,
permítanle salir,
rasgar la tierra como una semilla
que lleva el mandato de ser árbol,
con un cachorro que sueña
con crecer y morir de vejez,
esta es la voz de todos los acentos,
susurrando
un mismo sueño,
volviéndose esperanza,
es éste, no otro,
el suelo donde todo es posible,
el arcoíris de carne,
los sobrevivientes de la aventura humana,
una nación, un continente,
todas la formas lanzadas a la vida
como engranajes de una misma máquina,
esta aventura de tantos años,
esta alegría que resiste
valles, cerros y llanuras,
que se desarma en caricias,
cada noche,
cada día,
reinventando la utopía,
aquella del trabajo digno,
el de la igualdad suprema,
donde cada quien sea parte
de esta tierra basta
que sólo tiene por bandera su propio cielo;
esta es mi patria,
acá están mis lenguas
y las personas que esperan como yo,
ser el orgullo de esta diversidad,
esta es mi América
una franja de rocas en medio de un planeta,
y todas las bocas gritando
la misma esperanza
hasta que haga realidad
que todos somos parte
de esta quimera bendita
que alguien mal bautizó
América Latina…

jueves, 13 de mayo de 2010

Río de la Plata

Es un patio enorme
donde juega el sol
y coquetea la luna.

Un reloj
que ve pasar el tiempo,
haciéndolo olas
que estallan siempre
como el susurro de un gato
que duerme.

Quizás un sueño danzando en remolinos
de un castaño sin fin.
Un tul que trae la tragedia
o envuelve
la promesa de orgías
mientras cabalga las calles
y se adueña de las avenidas.


Este es el río,
un baile que me colma,
que me basta,
un león de agua
que protege las ciudades
donde moran los poetas
que, a veces,
ven sus maravillas y le escriben
rimas de amores y de lujurias
siempre tratando de burlar la muerte,
encerrando la vida
en su refugio hecho corriente
de una esperanza que nunca se rinde,
ni se detiene.

viernes, 7 de mayo de 2010

Mercancía

Recién nacida la noche,
una cosecha de luces la custodia,
es una figura recortada;
labios de ensueños,
apretados,
casi unos pétalos de rosas abiertos,
besados por el rocío
que baja inocente desde el cielo…

Espera como siempre,
con la paciencia
de una araña que despliega
su tela
en tules de seducción extrema.
La ciudad parece crepitar
mientras se abren las horas de los sueños,
cuando ya no queda nada más
que hacer,
sólo verla, seguir con la mirada
el deleite que esculpen sus piernas,
una planicie de piel suave,
una invitación a ser brisa
y perderse en los rincones de su cuerpo.

Está en todos los atardeceres,
con sus palabras leves que ocultan
la debilidad que guarda
adentro de su reino
que jamás tendrá soberano,
está allí, en la misma esquina,
ofreciéndose como en todos los ocasos,
siendo una sola mercancía,
una sonrisa de la vida
enredada en una poesía.

sábado, 1 de mayo de 2010

Derrota

Puede arrojarte al olvido
en un intento desesperado,
casi como un salmón corriente arriba,
que pierde la vida
y encuentra el premio de la muerte,
puede sacar tu aroma,
la silueta de tu cráneo
en el altar de la almohada,
mentirse como buen amante
en otros cuerpos,
en otras pieles,
como animal que busca
otra tierra donde vagar.
Mentir boca afuera
en tertulia con amigos,
convencerse
que sus días son distintos.

Allá, lejos,
veo su andar detenido,
es un hombre casi de cincel,
sus ojos, dos ventanas
que buscan a su amada
en cada persona
que llenan de vida la mañana.

El viento del río lo envuelve,
parece, por momentos,
el personaje de una novela
que se extrañará al dejar de leerla,
es como un guerrero que lleva
el ideal
como única estampa y única sombra,
es el amor con toda su ternura
y las maravillas de la derrota.