jueves, 31 de marzo de 2011

sexo

Sexo,
el que le robaron a los ángeles,
el que abren las vírgenes a los espíritus,
el que ofrecen los cuerpos por la calle,
el que convierten en pecado de muerte
señores que se esconden para practicarlo;
la vida es una pulsión,
una marejada que no se detiene,
que birla los decoros
que se instala en la piel,
que se desboca de una boca a otra,
de una mano deslizando,
cultivando caricias, de mentes
que dejan las conjeturas para después,
sexo de los dioses trocados en postales de consumo,
en mujeres que son como una fruta
una majar que brilla,
que se adentra retina
adentro y se queda, por unos segundos
perfumándote la vida,
el de la fortaleza de machos perfectos
con sonrisas de dientes blancos
que esconden sueños
en sus labios de carne fresca.

Ya no te detengas,
¿qué es de esta vida si no me acaricias?,
no más que la muerte que llega,
a destiempo, para seducirnos la vida.

lunes, 21 de marzo de 2011

Libia

Granos y más granos,
sobre la herida abierta,
sobre los párpados cerrados,
un tierra llamada Libia,
allá al sur del Mediterráneo
y de la tierra
que juega a la civilización
y peca de barbarie,
no les importa tus libertades,
sino lo que tus arenas guardan dentro,
engordaron a tus tiranos como becerros
para ofrecerlos en holocausto
y prometerte democracias
con olor a pólvora y sangre
chorreando fresca y roja
de mujeres con velos,
y niños que ya olvidaron los juegos,
de perros que buscan refugio
de la muerte que cae
como maná de tus cielos,
siempre claros de nubes que arden
de espejismos
que siguen vivos,
flotando como fantasmas
de alguna esperanza en medio del desierto.

domingo, 13 de marzo de 2011

Que..

Que sonría la de la cara pequeña,
que tiene la edad en que la vida
se abre como una flor
que busca atrapar la tibieza
del sol,
robarle lozanía,
la dulzura de una mujer temprana
donde se oculta todavía
la frescura de una niña.
Que la vean estas veredas paseando
una sonrisa recién hecha,
destilando sus ojos idealismo
recién nacido;
entonces me pregunto;
por qué sigue girando este mísero
mundo hacia el vórtice del mismo
remolino, por qué no la contemplan ahora,
como lo hago yo
y su belleza me azota
los secretos de amor,
de esos cautivan poetas
y esculpen sobre mármol
los mejores cinceles,
tengan piedad mortales
no hay mayor privilegio
que ver esta criatura embebida
por el nerviosismo de esa cuestión
química que han bautizado
simplemente como el primer amor.