domingo, 29 de noviembre de 2009

Sueños de ayer

Los sueños empiezan a morirse
en la almohada,
terminan de ahogarse
en un tsunami de café negro
y otra vez al mundo de los mortales,
a las caras desapacibles
de los compañeros del colectivo lleno,
casi un ataúd de ideales
que rueda en una pradera
de edificios y asfaltos,
una selva de caminantes en apuro,
miradas perdidas desde Wilde al Microcentro,
hasta llegar al monitor que esclaviza,
a las charlas que se esfuman
como un rocío en el aire,
a merced de un jefe gravitando
como una luna exhibiendo su cara oculta,
un maníaco de la exigencia sin tino,
incapaz de hacer amenas las horas que siguen
matando el tiempo en una letanía,
luego tus dedos pulsan las teclas,
vuelves a llamarme amor,
a decirme que llegaste bien,
que el viaje fue un desquicio;
y me pregunto si será suficiente
este amor que tengo
para salvarte y soñar con un destino
donde la vida sea más que una madeja
de obligaciones sin sentido,
si basta la esperanza para hacer
un mundo pequeño donde resuciten
los sueños muertos de ayer.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Vals

En un patio surrealista,
bajo los azahares de octubre
con el dolor a huesos
que nacen con los años
con dos perros que marchan
y dos gatas que tejen ilusión en el techo,
pasean en la sombra
los ojos de mi padre
y marchan al silencio
los oídos de mi madre;
me bendicen el alma bailando un vals,
girando sobre las derrotas de la vida
y los días que perdieron
tiempo y lugar en el calendario,
recordando aquella juventud rubia de arenas
y con llanto de río,
ese momento de los setenta cuando dejaron todo
y decidieron salvarme.
Mil veces vencidos,
mil y una salieron adelante
como el fuelle de una gaita
que no se detiene al hacerse sonido,
igual que un escritor rebelde que lleva
su trazo terco sobre el papel,
y aquella enseñanza,
el viejo anhelo perseguido,
acariciado tantas veces con los dedos,
la justicia envuelta en los violines de los grillos,
en la mesa donde se comparte el pan,
en el abrigo del trabajo incansable
para que el día de mañana sea mejor
del que fue arrebatado por el pasado.
Saben amigos,
no bastarán todas las eternidades del alma
para agradecer este momento,
verlos a los dos girando en el patio amparados
por la música suave,
a la vista de las criaturas nocturnas
que sacuden sus modorras diurnas
y se llenan los sentidos con el vaivén de mis padres
en un vals interminable.

martes, 17 de noviembre de 2009

Pequeña

Vi la luz de tus ojos saliendo
inundando los míos, -no sé que día-,
oí tu sonrisa danzando
suelta en el aire
llevada por la mejor de las sinfonías.
Me deslumbro tu belleza andante
con ganas de sorber el mundo
este lugar no hecho para las franquezas
ni para las rosas con espinas sueltas…


Te vi radiante como lo que eras
la ebullición de la primavera
al alcance de la mano, en la espera.
Tratabas de vivir
pequeña.

Deseo que vuelvas
alegre, cuidada por la rima,
que me abraces tan fuerte
como aquella vez que veíamos la vida,
un espejismo de vapor en la calle
o una nube alta y tardía…
Quiero que este silencio se rompa
con el sonido de tus pasos,
con la tibieza de tus ojos escapando,
entibiando este dolor tan fuerte
que no sabe como cerrarse en un adiós,
que me oigas decirte que estarás siempre,
que cuidaré tu recuerdo en el alma,
que veré tu belleza saliendo de los pétalos de mis rosas
o del rocío que bendijo
mi llanto desesperado,
pero, atrás estaban tus risas,
tu amor infinito
tocándome en una caricia…
Sé que es un hasta pronto,
no, una despedida…


Tratabas de vivir pequeña
y te me hiciste eterna.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Orgullo

Con orgullo por la calle
con la cara desnuda
y los ojos abiertos
así gritamos
desde la plaza de mayo
hasta el congreso,
enredando la dignidad en cada paso.
Bellezas de todas partes,
hombres altos y radiantes,
travestis moldeadas de esplendor
y sensibilidad,
mujeres pequeñas en edad
pero resueltas a la hora de amar.
Todas las variantes
el mismo grito,
las carrozas y la música que usamos por diversión
o, como cualquier otro
para hallar la promesa del amor eterno.
Siento esa libertad que zigzaguea
mientras las horas se hacen nocturnas,
mientras los besos se reparten
como flores en primavera.
Un adolescente hermoso mueve su cuerpo,
sus ropas toman forma de sus carnes,
su belleza va entre las luces y las notas musicales,
cae como un rocío sobre dos mujeres
que se absorben con los labios
y se les sale la pasión en cada gesto.

Deténganse todos y véannos marchar,
llevamos el reclamo y vamos por la justicia,
luchamos con la sinceridad
de ser quienes somos,
sus amigos, hermanos, vecinos,
alguien que les sonrió en algún momento
o le sanó las heridas,
alguien que lo abrazó, que lo educó,
que le hizo sentir cosas con su arte.
Somos como todos,
la misma manifestación,
la misma vida,
buscando un mundo mejor,
donde poder formar nuestras familias
y dejar que el amor simplemente se propague
y siga…

martes, 3 de noviembre de 2009

Paseante

Detrás de sus ojos negros
moraban sueños como en los tuyos,
como en los míos,
una honda esperanza
que sólo hacía eso, esperar
día tras día un destino.
Su cuerpo menudo
era un retrato,
no de carne y hueso
sino del peligro que chorrea desde el televisor.
La ciudad lo ve deambular,
su mirada, pequeña, difusa
ve vidriera y los tesoros que quisiera alcanzar,
lo ven pasar con caminar lento,
para los otros es la sospecha,
un ser temible parido de alguna pobreza,
pero lleva anhelos en el alma,
como en la tuya, como en la mía.
Alguien gritó ladrón a lo lejos,
el paseante detenido en la esquina
ve, lleno de pánico, la confusión,
oye una voz que le dice: alto,
un disparo y un temblor,
luego ve su sangre saliendo,
tan roja como la tuya, como la mía.
Su martirio no sale en el televisor,
su historia no vende,
su muerte no importa,
no despierta rencores
simplemente se esconde.