viernes, 24 de septiembre de 2010

La bailarina y el poeta

Suban el volumen,
quiere bailar,
dejar
que la música se le encarne
y se puedan ver en cuerpo
los compases al vibrar,
hermosas sus piernas escalan el aire,
se desarma y se vuelve a armar,
juega ser un mariposa
haciendo brotar las flores,
como un hada que se espera
que se mueva su barita donde guarda
todos los milagros,
la fascinación del movimiento que vence
la vieja quietud de la muerte,
una linda victoria en una silueta
de una mujer que danza
zigzagueando penas sueltas
y sonrisas que están renaciendo;
ya no importa nada,
ni las rutinas y sus eslabones amenazantes,
los besos fingidos
y las pantomimas de amores
fenecidos,
solo está la música yendo y viniendo
como los brazos de una madre
acunando la vida en olas,
salpicando los pies cuando
llegan para bendecir la arena
que sirve de escenario
para esta dulce criatura
que sigue bailando,
teniendo como testigos espumas
de mar y el lápiz de un poeta
que pretende hacerla eterna
pintándole la bellezas en letras
que deja plasmadas
sobre el lienzo de la arena.

martes, 14 de septiembre de 2010

Estación terminal

Es la hora,
la noche cabalga por las calles,
lleva un disfraz de piedad
que sólo se pierde
como la nostalgia
cuando se van los recuerdos,
y ya no queda nada,
sólo el vacío
de un artista que vengo a ser yo,
encendiendo un cigarrillo,
bajando del tren;
camino cuidando el paso,
peleando
con la marea humana que va
desesperada por un asiento.
Están todos,
los de clase de media baja
en camisa y pantalón de vestir,
las muchachas que limpian casas por horas,
los médicos y sus portafolios de cueros nuevos,
los niños mendigando de siempre,
los cinco segundos de poder que tendrá el imberbe
muchacho hercúleo que controla
los boletos,
los vendedores de baratijas
con sus mercancías a cuesta,
los recién llegados
a las fauces del monstruo
que es esta ciudad
borracha de arrogancia europea,
casi un pantano
entre la llanura y el manso río
donde se pierden las razones
de otras tierras lejanas,
indiferentes a todos,
sobre el piso sucio de huellas que pasaron
durante todo el día
emerge una pareja heterosexual,
dos criaturas de inocente belleza
sorbiéndose en un beso,
simplemente los veo,
parecen arrebatados
de un capítulo de una incrédula novela
de esas que dan a la hora de la siesta,
destinadas a señoras que ya no podrán
trocar sus destinos por algo mejor
aunque quieran,
están todos los eslabones juntos,
todos los personajes de la vida,
arrojados como quien tira los dados
sobre el paño,
como quien siega la hierba
y la descarta,
están todos
y mi inmenso fracaso que marcha,
perdiendo las mejores poesías
al ver a la especie
abatida por la gran parodia
que es la existencia humana,
todos buscando algo que perdieron hoy
en un sueño de mañana.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Rapsodas

Quién la entiende,
hay un mundo tan basto
que su belleza eclipsa
pero no basta para taparlo,
llevaba la mirada siempre en la búsqueda
de las rimas que esconden
los demás dentro de sus almas,
debajo de sus ropas,

es feliz a medias,
tiene un hombre
que la ama, una casa,
unas flores que se agitan en el viento,
y todo el talento
muriéndosele adentro,
provocándola como buen amante,
tiene los ojos claros
y sabe que nada le es suficiente,
nacida en un mundo de inmortales
es, acaso, como vigía
que contempla la vida
en el papel
y la escupe en letras,
como para decirse que estuvo viva,
al menos,
al despojarse de la existencia.

Yo la entiendo,
nos hemos cruzado alguna vez,
en alguna parte de este
desquiciado escenario,
hemos visto en nuestros ojos
el éxtasis de poesía encendido,
abrasados por las ganas enormes de escapar
de un mundo donde siempre seremos los vencidos.