martes, 29 de junio de 2010

Tengo

Tengo
tu piel entre mis dedos,
una danza de besos,
rebasando de mis labios,

guardo todo dentro
de la mente como un alquimista
del disfrute mágico y verdadero,
así son estas citas,
un rescate del mundo,
una dulce flor donde encontrar
la fascinación y el néctar,

peregrino tus sendas,
me hago río de sudor,
qué importa
si te amo o te deseo,
siempre es una frontera
que se atraviesa
y de la que se vuelve,

tengo
tu perfume como una capa
de caricias que se van alimentando
de esa ternura que me sacas,
ya no me importa saber
si me mientes o me amas,
o si te acordarás de mí
en algunas de tus mañanas,
sólo sé
que tengo tu piel entre mis dedos,
que estoy tan cerca de tu alma,
y eso me es suficiente
para que la vida se me lance a las llamas.

martes, 22 de junio de 2010

whisky

Un lugar,
Montevideo,
calles que se apretaban
en una melancolía
de nunca terminar,
un par de máquinas
que hilaban medias,
todos los días de invierno,
una caricia
para terminar
de amigarse con la rutina.
Era una soledad
y muchas dibujadas en una foto,
quizás más tierna que hermosa,
se trataba de jugar,
sólo eso,
nada más,
un desafío
entre el hermano de éxito supuesto
y, el otro, que seguía resistiendo
quietudes montevideanas repetidas,
adentro de una fábrica se abría
y se cerraba todo los días
tras una cortina
que parecía llorar
cada vez que caía.


Fue eso,
un juego,
una foto inventada,
un hombre alto,
una secretaria bajita,
una delicia de matrimonio inventado
para delirar con la otra vida
que sí
puede escapar de la melancolía,
una palabra dicha
para que en los labios
estallara una sonrisa
que, simplemente, convenciera
que existía
algo más que la soledad
detrás de las retinas.

martes, 15 de junio de 2010

Vejez

Contó los años
apilando
colores de verano
y heladas en invierno,
las primeras flores abiertas
en septiembre
cuando la vida parece
ganar siempre
la contienda.

Se dio cuenta del tiempo
visitando lápidas
de seres queridos,
los que se fueron primero,
cuando la blancura de los días
lo coronó con su sudario
y le quitó
cabellos de su frente,
cuando volvió
la soledad otra vez
y el erotismo se le hizo
una nube clavada
en el horizonte lejano,
hasta que un día
la descubrió frágil y hermosa
con muchas bufandas tejidas
en las jornadas cortas
de muchos otoños,
fue como un milagro,
el horizonte se hizo cercano,
encendido en rubores
ingenuos casi adolescentes,
se dieron cuenta que el deseo
nunca perece
es lo único que realmente es eterno.

lunes, 7 de junio de 2010

Por horas, doméstica

Está ella y su cara morena,
sus ojos profundos y negros,
por allí escapan tanto
sus muchos anhelos
y su cansancio diario,
parece dócil y mansa,
una muñeca
en una sala lujosa,
limpiando
mugre ajena por horas.

Está ella sentada
en un día de calor,
viajando
de regreso a su casa,
contemplando
otras vidas
que se mueven por las calles
ganadas por la brisa,
piensa en la cena de la noche
y en el baile de algún sábado;
quisiera que otro ser
se le acercara tan tierno
casi como un respiro
en lo tórrido del verano,
impiadoso,
una y muchas veces,
le dijera,
que es preciosa y hermosa,
hasta que creyera
que la vida es una madeja de hilo
con la que se teje
un refugio
y se reina como estrella
sobre un escenario.

No es linda,
así la ven pasar por la existencia,
siempre envuelta en movimientos torpes
y muchas redondeces esculpidas
en su anatomía,
pero es un plagio
del mismo edén que lleva adentro,
lo mágico de su mundo perfecto.

martes, 1 de junio de 2010

Obituario

Hagan tronar los tambores,
gemir las guitarras,
chillar los violines,
que los bandoneones ronroneen
y expandan sus fuelles,
que la gente hermosa suelte
toda la alegría y baile,
erótica, sobre esta pena,
que se les enreden los brazos
y se rocen las piernas,
hagan de este día
uno de fiesta,
que se recuerde
que ha muerto un poeta,
su mano ya no escribe,
su alma cerró la puerta
de los pensamientos,
pero vuelve siempre,
es una condena dulce y perpetua.

Llenen las calles,
abandonen las soledades,
embriáguense del vino hecho
con las uvas de sus rimas,
que no se extingue,
que grita negra desde el papel impreso.
Ha muerto un poeta
y sus palabras vienen enredadas en el viento,
eternas,
como buenas hijas del tiempo.