jueves, 2 de septiembre de 2010

Rapsodas

Quién la entiende,
hay un mundo tan basto
que su belleza eclipsa
pero no basta para taparlo,
llevaba la mirada siempre en la búsqueda
de las rimas que esconden
los demás dentro de sus almas,
debajo de sus ropas,

es feliz a medias,
tiene un hombre
que la ama, una casa,
unas flores que se agitan en el viento,
y todo el talento
muriéndosele adentro,
provocándola como buen amante,
tiene los ojos claros
y sabe que nada le es suficiente,
nacida en un mundo de inmortales
es, acaso, como vigía
que contempla la vida
en el papel
y la escupe en letras,
como para decirse que estuvo viva,
al menos,
al despojarse de la existencia.

Yo la entiendo,
nos hemos cruzado alguna vez,
en alguna parte de este
desquiciado escenario,
hemos visto en nuestros ojos
el éxtasis de poesía encendido,
abrasados por las ganas enormes de escapar
de un mundo donde siempre seremos los vencidos.

3 comentarios:

  1. Saludos Simón, muy buen poema, te invitamos a que colabores en nuestra revista digital y en breve en papel, http://degozel.blogspot.com
    un saludo cordial.

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  2. Es una autentica maravilla.

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