martes, 21 de diciembre de 2010

Ría

Ría poeta
y no se preocupe por las letras,
a veces, son frutos de maduración lenta
pero no se van,
solo se esconden en un juego eterno
cual si fueran
cachorros que aprenden a ver el planeta
teñido por rutina,
y de esperanzas
que se adosan a la vida.

Sea paciente, resista
como esos árboles milenarios
a los que les lleva años
mostrar su esplendor ,
pero que saben que siempre habrá criatura
que detenga su paso
para contemplar sus hermosuras
y ver, entre sus hojas,
la maravillosa aventura de la existencia
hecha melodía solo para entendidos,
allí, sonando en los brazos de la brisa.
Tenga por seguro que sus verdades
son por el momento una llovizna
pero, pronto, serán mil diluvios
y no habrá cuenca de papel
que las contenga.

No se preocupe,
esa melancolía no es más que el preludio
de un torrente de rimas que vienen llegando
para calmar la tortura de sus hojas
en silencio y en blanco.

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