viernes, 2 de septiembre de 2011

Reías

Te reías, y en alguna parte,
no sé cual, surgía un mundo muevo,
eras tan dócil, eras tan tierna,
una muñeca en embalaje de sueños.

Por las noche de octubre
te soplaba al oído
dóciles poemas la luna
y los escuchabas como gotas de rocío
cayendo sobre las dunas.

Eras demasiado,
mucha ternura escondida
en viejas fotografías
en donde brillabas como una estrella,
eras tan fuerte, tan dévil,
tanto como estas líneas
que ahora escribo,

eras una criatura libre
como el viento,
como un barco que suelta amarras
y se va sin dar aviso
a tierras lejanas
por donde pasean, en hermosos vestidos,
todas las hadas
que un día llamaste y nunca vinieron.

Te reías
y no sé por qué el mundo empezaba a tener sentido,
como si pudiera
el sonido de tu boca liberar
los más bellos paraísos escondidos

No hay comentarios:

Publicar un comentario