Hacia la lumbre,
mortal,
marioneta atada
a la muerte
del candil,
no es otro,
ese es
mi sentir,
en este momento…
Me contaron
las hojas
del otoño,
tan lindas,
tan chismosas…,
que olvidarme
es sencillo
como un parpadeo,
¡maldita profanación
del ego!
Fríos
de mayo,
heladas jóvenes
en atardeceres tempranos…
Siguen mis pasos
promiscuos,
solitarios,
balada para un adefesio,
hacia la lumbre
como polilla
que se inmola,
como la marea
desganadas por sus olas…
Bien, sea lo que sea,
ya
no importa…,
solo son melancolías
paridas en mayo,
espinas,
retenidas dentro
de la humedad de la retina...
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