sábado, 17 de octubre de 2009

Amo

Amo la luz que juega con tus formas
y te muestra el mundo tal como es,
así un reducto donde juega el sacro sentimiento
que lanzamos al aire
y absorto nos deja sumidos
en este edén que inventamos,
que empaña los cristales,
que revolotea sobre los techos de la ciudad
que amamos, que los dos vemos
con henchidos ojos de amor…
Amo los silencios tuyos
cuando descansa tu cuerpo
del arduo día vivido
y te alejas a otro equidistante mundo
del cual no parezco formar parte,
pero me sé la esencia de esos anhelos
en movimiento tras tus párpados caídos.
Me despierto para verte en medio la noche
y te acaricio tiernísimamente,
evaporándome sobre tu piel,
como si mano fuera el dulce maná
del firmamento caído…
Amo tu amor hacía mí,
que a dios gracias es
superior al que yo mismo me tengo…
Aprendo silente a cuidarme para vos
esquivando los obstáculos y derrotando fantasmas cansados
que se agazapan desde un recuerdo no vivido.
Amo el pasar de tu cuerpo,
marchando por las calles,
gozando del hecho de saber
que no es sólo respirar,
ingerir oxígeno, ver las agujas del reloj
correr en el cuadrante,
arrancando las hojas del calendario
y agrietar los rasgos en la cara,
socavar el alma con una inundación de hastío.
Amo la luz que nos abraza
que se instala y se queda
en el momento exacto
en el cual ya no somos dos
sino
uno, eso es lo que amo de vos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario