lunes, 7 de junio de 2010

Por horas, doméstica

Está ella y su cara morena,
sus ojos profundos y negros,
por allí escapan tanto
sus muchos anhelos
y su cansancio diario,
parece dócil y mansa,
una muñeca
en una sala lujosa,
limpiando
mugre ajena por horas.

Está ella sentada
en un día de calor,
viajando
de regreso a su casa,
contemplando
otras vidas
que se mueven por las calles
ganadas por la brisa,
piensa en la cena de la noche
y en el baile de algún sábado;
quisiera que otro ser
se le acercara tan tierno
casi como un respiro
en lo tórrido del verano,
impiadoso,
una y muchas veces,
le dijera,
que es preciosa y hermosa,
hasta que creyera
que la vida es una madeja de hilo
con la que se teje
un refugio
y se reina como estrella
sobre un escenario.

No es linda,
así la ven pasar por la existencia,
siempre envuelta en movimientos torpes
y muchas redondeces esculpidas
en su anatomía,
pero es un plagio
del mismo edén que lleva adentro,
lo mágico de su mundo perfecto.

3 comentarios:

  1. Es Genial lo qe escribis...!

    En esas palabras vi reflejada a mi mamá

    Que la pelea a diario por mi i mi familia.

    Te felicitoo :)

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  2. Me emocionastes con tu poesia.

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  3. PATRICIA GUTIERREZ28 de junio de 2010, 1:36

    Muy lindo!!! Pensar que muchos no saben que esa mujer que limpia mugre ajena, tambien necesita amar y ser amada. Y puede ser tan o mas erotica y sensual que la que la contrata. Muchos la llaman sierva, pero ante todo es una "MUJER"...

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