jueves, 4 de noviembre de 2010

Arrabalera

Arrabalera, muy lejos de los salones,
arrebatada de las convecciones superficiales,
alimentada a fuerza de observaciones,
tan simple como el pocillo de café que tiene
por compañía la misma mesa del bar de siempre,
sus ojos, cazadores incansables, van buscando
verdades atadas a calabozos secretos
y solo pretende coser esa libertad retenida
en el papel blanco donde la rima corre,
atraviesa el campo de batalla donde reina
la rutina diaria en rosto ganados por el cansancio
que danza macabramente sobre los sueños
en letargo, casi muertos,

lo he visto, qué pérdida de tiempo,
arrabalero, tallando arte en los hombres de barrio,
que tal vez jamás se vean retratados
en el universo de letras alineadas,
lugares con princesas que están a la vuelta de la esquina,
delirando amores de cuentos que quieren
ser vividos en algún segundo
de alguna hora, que marca el ritmo de este mundo,
me he visto sentado en el bar de siempre,
tejiendo devaneos que se esfuman en el vacio,
pero que me sirven para permanecer vivo,
mientras juego a ser un cazador de destinos
ajenos, que por más que quisiera
jamás van a ser míos
por más que este talento así lo quiera
y se acople el deseo en poesía arrabalera
que, tal vez, muera en el olvido, y que nadie lea…

No hay comentarios:

Publicar un comentario