martes, 2 de agosto de 2011

una rosa

Me hablaste suave,
tanto, como el viento que esculpe
cimas de montañas,
me hablaste bajo como un ave
que trina entre las sombras,
que la vida es hermosa me dijiste,
así, sin más, como quien devela
un seceto soterrado
por todas las horas
que se apilan en años,
me lo dijiste con suave
como esperando que lo comprenda,
aún a sabienda que te abandona,
se diluye lenta
como el vapor entre la bruma,
me quedo con esta estrofa;
la vida es hermosa
aunque nos aterra cuando
nos abandona,
es tan deliciosa como lastimarse
a tomar una rosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario