Te soñé despierto,
con los ojos,
los míos, marrones bien abiertos,
te creí llegando
igual que la brisa
pintando de consuelo
a las infernales horas de enero,
te creí el árbol del entendimiento
ese que transforma al dios
en un diablo
o viceversa,
creí que eras alegría
que tu aliento
sabía a frutos dulce
y no a ajenjo
a la vera del camino…
Me cobraste sueños
los míos,
me hiciste una presa rendida
a sus ambiciones suicidas,
pero, sabés qué, Vida,
la contienda sigue
y esta criatura no suele darse por vencida,
qué cosa es tener a la existencia
como pérfida enemiga,
no me importa que al final
ganes, de tramposa, la partida.
es fuerte, es como que das por sentado que la vida se burla de nosotros, que es vida y muerte a la vez, intersante el planteo, German de merlo
ResponderEliminarvida, la contienda sigue, y esta criatura NO suele darse por vencida, genial, fuerte pero muy real.
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