lunes, 21 de septiembre de 2009

Simios

Apareciste con un milagro,
¿o una maldición?,
echaste a andar lento y débil,
no eras más que un simio sin pelo y glúteos,
no más que un cerebro presumido oteando la sabana,
amplia de peligros,
linda y africana.
Te creíste una arcilla, un dios entre las criaturas;
Un ánfora de sueños, ¿o era de pesadilla?
Te hiciste tu ángel y a la vez tu verdugo.
Recreaste todas las bondades,
el amor, el deseo, el sexo,
el cuidado de los hijos; la compasión,
y tu genio todas las maldades,
la explotación,
miles de cuerpos en ciento de genocidios,
inventaste a los poderosos y a los descartables,
muchos deseosos de la piedad de los dioses,
demasiados muriendo solos y de hambre.
Hiciste todo,
la tecnología, las casas, las cárceles;
los ricos y todos los pobres,
las utopías y los campos de concentración,
el idioma en que hablo
y los dioses en los que descreo.
Ahora todo puede volar por los aires,
Serían segundos tal vez,
no te darías cuentas que te mueres;
pero después de la muerte
la vida se abrirá paso
y aparecerá otra criatura que inventará nuevas cosas
y descubrirá toda tu aventura hecha fósiles
de ánforas e imposibles.

2 comentarios:

  1. El crimen de la existencia se repite. ¿Será por eso que no deja de resonar en la cabeza? Que bueno leerte. Un abrazo,
    Demián.

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  2. desde aki zonasur te felicito Por el blog besos de leito

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