domingo, 3 de enero de 2010

Ágape

Te acordás….
El aroma de su pelo subiendo,
ondulándose
como una orquídea mostrando
su belleza de todos los días…
Creés, ahora, oír su voz
haciéndose poesía
en las cosas mundanas;
los problemas diarios
como espinas nacidas
simplemente para el tropiezo…
Ahora tus ojos la buscan
sin saber las muchas distancias
que hay entre los dos
aunque estén a pocos metros
y se perciba la entonación
de quienes han sido atrapados,
comidos por el amor…
Ambos tiene los brazos ocupados
pero no dejan de ser
invenciblemente bellos
sobre el escenario burgués,
presos de formas y buenos modales…
¿Sabés?, ella te recuerda,
eras aquel muchacho corriendo,
llevándose la lluvia en el cuerpo,
eras el girasol más fuerte, enhiesto
gobernando el sembradío…
Eras –seguís siendo-
la ternura hecha hombre
y ella simplemente la lumbre
que te acorrala y te absorbe.

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