viernes, 8 de enero de 2010

Foto

A veces no sé lo que quiero.
Soy como un equilibrista
en la cuerda siempre
floja.
La soledad me estalla
entre las voces que me hablan
pero, nadie se sienta en este vergel
a contar las plantas
devoradas
por un infierno de sequías,
a inventarme la piedad que perdí,
esfumada,
en un espejismo de sal.
Están estas letras
y la rutina por donde cojea mi vida,
las fotos llegadas desde el pasado,
aquel hombre que me engendró
en un momento de lívido y amor,
un desconocido,
acorralado y muerto.
¿Qué hubiera pensado
de aquel niño que sólo vio por tres meses,
de este hombre que quisiera ver la vida
como un camino bien recorrido?
Mi otro padre que se parecía a mí,
llegado en una foto por mail,
una mañana de octubre radiante de sol,
con promesa de miles de flores
abiertas
como mis lágrimas
llorando a un desconocido que se me pareció,
en un tiempo que mi mente tenía vedado los recuerdos,
ciertamente no sé lo que quiero,
presiento,
que la nostalgia por lo no vivido
es mi condena repetida hasta el hartazgo,
un sueño hurtado por la razón y el sentido,
hoy quisiera, amigo mío,
me resucites la alegría
con tu abrazo,
con tu compañía,
que des muerte a esta melancolía,
que no oculta su disfraz de asesina.

2 comentarios:

  1. hermosisimo poema lleno de sentimientos nobles hacia un padre que no conociste. En verdad me hiciste emocionarme.
    Soy bastante sosa para comentar estas cosas. No suelo hacerlo mucho porque no me salen a veces las palabras que deseo expresar.
    Te envio un abrazo y mucha fuerza.
    Nieves hechiceradelbosque

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  2. qué bueno. qué personal, qué íntimo.
    un abrazo, querido simón

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